lunes, 12 de octubre de 2009

El rocanrol

El rocanrol es un perro despiadado que cuando no te muerde, te pega las pulgas. Si además, ese perro esta roñoso y vive en un arrabal del tercer mundo, las cosas se ponen mas peliagudas.
Estorbo, como una de muchas bandas más que nacen de la jodidez más rascuache del rock mexicano, no ha estado exento de las mordidas y el moquillo de este genero tan adictivo.
Después de diez años de andar rolando en el mundillo del rock y sus variantes, a veces surgen las preguntas de los 60,000 devaluados pesos: ¿Por que seguir en esto? ¿Por qué, cuando todo lo que se obtiene son malos tratos, desveladas, crudas infernales, inestabilidad económica, broncas sentimentales, broncas en el trabajo, broncas en la familia…? ¿Por qué tocar cuando no me pagan por hacerlo? No lo se, ¿Quién lo sabe? Solo lo haces y ya.
Ray, un amigo, dice que la música es una mujer muy celosa; pero si se habla de música rock, esa morrita celosa se transforma en una vieja esquizofrénica y desquiciada hasta el tuétano capaz de estrangularte mientras duermes. El rock es así; y sin embargo, aquí estamos; besándolo, apretujándolo, desviviéndonos por el. ¿Por que? No se.
“¿Sigues en el rock?” A veces me preguntan sorprendidas personas que no veo muy seguido. Y yo respondo que si. Tal vez, como lo pensaron mis papas, esperarían que el “rock” fuera solo parte de mi etapa de adolescente y que desapareciera con los granos de mi cara y mis sueños húmedos. Pero no fue así; el rock sigue tan encrustado en mi vida como en aquellos ya lejanos años de prepa y dudo que algún día llegue a irse.
Antes de que le diera por hacer blusesitos desabridos sobre cada mamada que pase en el Defe, Lora cantaba: “Quiero tener, miles de tocadas, pa` mi la vida no vale nada, sin el rock…” poniendo así las palabras de José Alfredo en un contexto rockero. ¿Como contradecirlo si, sin el rock, mi vida no seria mas que una insulsa representación del clasemediero promedio?
El rock es un viejo cabrón. Lo han matado, lo han resucitado y lo han vuelto a matar y ahí sigue el güey, muy ufano, viendo pasar géneros y modas mientras el sigue reventando oídos de chavitos y no tan chavitos. El rock no me ha dado nada material, nada tangible; pero me faltaría espacio para acomodar todas las carcajadas, las anécdotas, los instantes de felicidad pura y puro éxtasis, toda la adrenalina, toda la aventura, todo el mar de sensaciones intensas que van del placer al dolor y la tristeza, todos los grupos, todas las canciones, ¡Uta madre, todas esas canciones!
El rock es así; es hierba mala que crece hasta en los lugares más inhóspitos (¡Creció en Monclova!, jaja). Todo es cuestión de que un puberto desadaptado agarre una guitarra JOM toda madreada y se aprenda tres tonos.
Son tiempos duros; tiempos de “guitar heroes”, modas vacuas y tecnologías enajenantes (cabrón, y es que era irresistible el pasarse horas en el youtube viendo “la caída de Edgar” en todas sus variantes); pero el rocanrol se las arreglará. Después de todo pudo sobrevivir al New Wave y al Hair Metal, ja!

Sin duda el rocanrol es un perro sarniento,rabioso. Pero se siente con madre cuando te mueve la cola.

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